jueves, 3 de marzo de 2011

Músicos vs cantantes (pero antes...)


Bueno... hoy la actualización viene cargadita de temas, pero seguro que interesantes. Vamos con las partes de la foto:

Salamanca, 03 de Marzo de 2011. Nieva. Sí, has leído bien, nieva. Esto enlaza con mi primera entrada, http://patingolsiempre.blogspot.com/2010/02/sobre-el-cambio-climatico.html aunque no por ello cierro el ciclo de mi blog. Me río de los que niegan el cambio climático.

Los huevos: por fin, y tras muchos años, he visto una docena. Que normalmente, las docenas de huevos las venden en packs de 10 huevos, y como que no es lo mismo. Cambias las tradiciones así no es bueno, que se desestabiliza al personal. Los huevos, de 12 en 12.

El espacio en blanco de abajo: es como me deja la comunidad internacional cada vez que habla de Libia. El único que mantiene el tipo es Chávez, presidente de Venezuela. Cuando las cosas van bien y Gadafi regala petróleo y caballos, todos reímos sus jaimas y de sus modelitos, cuando su gente protesta y le arrincona, todos le dan la espalda. ¿Dónde están sus amigos? Chavez ha dicho que no iba a darle la espalda a un amigo sólo porque le vaya mal. Ojo, que no digo que lo que hayan hecho o hacen en sus países esté bien, pero por lo menos no ser unos chaqueteros y según estén las cosas bien o mal se apoya o critica. Si les hubieran condenado hace 30 años, ahora no bombardearían a su población. Y hablando de bombardear a su población, España le compra petróleo a Libia, Irán (donde sabemos claramente que los derechos humanos no existen) y a Rusia, (donde no está muy claro que los respeten). Ahí es nada.

El título: sí, es la entrada tantas veces anunciadas. Voy a hablar de la diferencia entre ser cantante hoy en día y ser músico hace 200 años.

Hoy en día es "muy" fácil ser el número uno en ventas, arrasar con giras de 100 conciertos y tener dos millones de fans que desean llevarte a la cama y no precisamente para jugar a las cartas. Basta con tener un productor detrás que diga que eres guapo, superamable y te pague unas campañas publicitarias gigantescas y te meta hasta en la sopa. Marquesinas de autobús para los que no tienen tele en casa, anuncios por internet, en radio, en los periódicos... y ya lo tenemos, superventas.

Cabe otra posibilidad, que es empezar desde abajo, tocando en bares de amigos e invitando a tus padres y demás familiares a que vayan a verte. Es más lenta que la primera, pero por lo menos te curte en lo que es el trabajo jodido de la música, esos momentos en los que cobras 50 € por actuación (si es que llegas a tanto) y tienes el vicio de intentar comer todos los días por lo menos tres veces al día.

Pero hace 200 años la cosa era muy diferente. Hace 200 años había un par de mecenas (lo que ahora serían, más o menos, los productores) entre los que se podía encontrar el emperador, rey, o gobernante de turno al que había que contentar con las obras compuestos para ellos. Esta es una primera diferencia clara, porque el emperador podía cortarte la cabeza si no componías varias cosas que le gustasen seguidas, mientras que ahora se cambia de productor si al cantante no le convence lo que hace.

Segunda diferencia: los artistas (o cantantes) de hoy en día tienen muchísimas más facilidades para dedicarse a este mundo: viajan en avión o carabanas superdómodas, reciben dinero no sólo de sus discos, sino de conciertos, entrevistas, camisetas... la alimentación es incomparable y da lo mismo que no sepan mucho de música, mientras tengas un buen ordenador detrás que te disimule los errores (ejemplos como Britney Spears y Enrique Iglesias lo demuestran). En cambio, los músicos de antaño tenían que estudiar música, y no como pasatiempo. El padre de Beethoven obligó a su hijo a estudiar más de diez horas al día cuanto Beethoven tan sólo tenía ¡CUATRO AÑOS! y todo porque el padre quería que su hijo fuese como Mozart, quien a los 7 años tocaba perfectamente dos instrumentos.

Si bien Mozart y Beethoven pertenecían a familias más o menos pudientes, y aquí va la tercera diferencia, la facilidad de hoy en día para acceder a los instumentos musicales es abismal. Guitarras por 30 euros, cornetas por 80, miles de centros de enseñanza, empresas que fabrican instrumentos en serie y los hacen más baratos... mientras que antiguamente todo se hacía a mano y era mucho más difícil conseguir que los retoños fuesen a clase, o que tuviesen un profesor para ellos.

Una nueva diferencia radica en la variedad de registros que tocaban cada uno de ellos. Mozart, Beethoven (los dos genios que he tomado por ejemplos en este caso) tienen todo tipo de registros, óperas trágicas, sonatas relajantes o cargadas de fuerza sentimental, por no hablar de las polkas rápidas (Trisch Trasch Polka) o valses lentos (El Vals del Danubio) de la familia Strauss, o los valses rápidos (el murciélago) y polkas lentas (La polka de Ana) de los mismos compositores austriacos, mientras que hoy en día... no hay cantautor que no nos haya llorado sus penas en todos sus discos. Y los que no son cantautores, pues tres cuartos de lo mismo, porque las canciones van siempre en el mismo tema: estoy enamorado y no sé si me hará caso, estoy enamorado y me ha rechazado, estoy enamorado y me ha mandado a la mierda. Queda, no digo que no, algún reducto rockero que cantan cosas diferentes, y por ello no suenan en las radios.

Y llegados a este punto voy a matizar un par de cosas:
1.- cadena dial es la emisora de música en español, pero... ¿por qué Mägo de Oz, Extremoduro, Barricada etc no suenan en cadena dial? ¿Acaso no están en español? Yo creo que más bien es porque no es su música comercial. Y yo que me alegro, entonces, de que no se vuelvan comerciales y suenen en esta emisora.

2.- Cadena 100, los Cuarenta etc. ponen los éxitos del momento... pero... siempre, siempre, siempre... son los éxitos marcados por las grandes compañías que apuestan sobre seguro. ¿Dónde está el mérito de triunfar? la música jamás debe estar supeditada a intereses de empresas que marquen el camino a los músicos. En mi última entrada dije que Operación Triunfo es (era) un programa de canciones y no un programa de música, y es porque las canciones que se cantan siempre son iguales, no se enseña música sino a cantar un determinado estilo musical que crea cantantes del momento pero que, por suerte o por desgracia, serán olvidados y no tendrán hueco en la historia como si lo tuvieron Richard Strauss (cuidado, este es un alemán que no tiene nada que ver con la familia Strauss (Johan padre, Johan hijo, Joseph y Eduard), Dvorak o Tchaikovsky.

Y otra gran diferencia, y van 5, y es que para ser escuchado hoy en día hay muchas más facilidades. Mp3, radios (y en todas partes, que si el bus, que si en el baño, que si en el dentista...) programas en la tele, etc. mientras que para escuchar a Mozart había que ser una persona pudiente y acudir a la Ópera para escuchar. La gente no iba por la calle con el mp3 en plan "tío, mira lo que me he descargado, es lo último de Mozart, es el Eine Kleine Nachtmusik (os dejo un enlace para que os deleitéis http://www.youtube.com/watch?v=GT7_Y1pIBb4 ) ni tenían programas "boots" preparados para entrar en youtube y cargar el vídeo del artista del momento (que 5.000.000 de keniatas hayan visto en dos días lo ¿último? (si es todo igual) de Justin Bieber me dice que no son personas reales).

Y, por cierto, los artistas no tenían clínicas de rehabilitación por si les iba mal o se les pasaba la mano con las drogas, y, aun siendo niños, soportaban la presión de ser las máximas estrellas del momento. Puede ser muy influyente el hecho de que la vida privada era vida privada y no había necesidad de rebuscar en los cubos de basura para saber qué había comido el gran compositor de la Corte. O, quizá, que no había épocas de relax para los mejores, siempre estaban componiendo y nunca se podían tomar un año sabático.

Los Jonas Brothers, Demi Lobato, Hanna Montana (o su versión de adolescente putona que quiere enseñar las tetas que no tiene en Rock in Rio (he aquí su enlace para que veáis de qué foto hablo http://www.celebridoodle.com/celebridoodle/miley-cyrus-gropes-herself-on-stage-pictures.html )) o, cómo no iba a salir, Justin Biever, son un claro ejemplo de gente sin un nivel musical elevado, poca formación a los que alguien (en el caso de Hanna Montana su padre, quien también actuaba en la serie) les ha pagado el sueño que todo niño tiene alguna vez aun a costa de acabar con su infancia y su salud mental (ninguna de las princesas disney que han salido en los últimos años han sido capaces de soportar la presión y todas han acabado en centros de rehabilitación psiquiátrica) y todo por... ¿ser famosos? ¿salir en la tele? Justin Bieber se atrevió a decir que era el nuevo Kurt Coben. Bien, la diferencia es que Kurt se suicidó (bueno, eso dicen, hay cosas que no cuadran todavía) cuando su música era totalmente comercial, no empezó siendo totalmente comercial. La verdad es que escuchando estas y otras declaraciones de Justin dan ganas de animarle a que imite a Kurt, pero, pensándolo bien, si Justin se suicida será recordado por siempre, mientras que si dejamos que todo siga su curso Justin será el nuevo Aaron Carter... ¿te acuerdas de él? EXACTO. Esa es mi última gran diferencia entre los de hoy y los del ayer. Que hoy en día la gente sigue escuchando a Mozart, Beethoven, Strauss, Tchaikovsky... y siempre serán recordados.

¿Qué pasará con los músicos del futuro?

Besos y abrazos

P.D.: Mozart murió solo y fue enterrado en una fosa común. Le acompaña su mejor amigo, y único fiel: su perro. Cuando el enterrador reconoció el cuerpo (antes no se enterraban en ataudes) quiso ponerle una soga por fuera de la sábana mortuoria que cubría a Mozart a la altura del cuello, pues pensó que tarde o temprano alguien querría encontrar su cuerpo. A Beethoven, el niño al que quisieron convertir en Mozart, no le dejaron morir solo, para que no fuese otro Mozart también en eso.